Construimos la puerta del bar.
Recortamos un trozo de cartón de unos 60 x 140 mm.
La situamos debajo de la fachada como se puede observar en la imagen.
Marcamos todo el contorno interior de la puerta.
Obtenemos la ubicación de la puerta.
Con un listón de 1 x 3 mm marcamos la parte superior.
Cortamos y encolamos teniendo en cuenta de no pegar los extremos del listón.
Presentamos otro listón encima de manera que conforme un ángulo recto.
Con el cúter cortamos tal y cómo se muestra en la imagen.
A continuación, siguiendo la marca que nos ha quedado, acabamos de cortar el ángulo.
Repetimos la operación en las cuatro esquinas.
A unos 45 mm de la base trazamos una línea de lado a lado del interior de la puerta.
Cortamos el interior de la puerta de la parte superior.
Cortamos 1 listón de 1 x 3 x 37 mm y lo encolamos sobre la línea trazada anteriormente.
Cortamos un trozo de listón de 1 x 3 x 8 mm y dos trozos de 1 x 3 x 3 mm.
Recortamos en ángulo la pieza anterior.
Encolamos las dos piezas como se muestra en la imagen. No ha de ser una ubicación exacta en milímetros, pero si aproximada.
Pegamos encima el tirador de la puerta.
Aspecto de la puerta lista para ser pintada.
Pintaremos la puerta con pintura de color blanco hueso referencia 70.918 de Vallejo.
Pintamos por completo toda la puerta.
Esperamos a que seque la pintura antes de continuar con el siguiente paso.
Necesitaremos un lápiz con la mina más bien blanda.
Apoyando el lápiz en ángulo, repasaremos los bordes y los contornos de la puerta.
Podemos aplicar más o menos lápiz en función de cómo deseemos desgastar la puerta.
Si se desea, se pueden difuminar los trazos en lápiz frotando suavemente con un papel.
Tenemos los marcos de la puerta decorados.
Con el grafito que ha quedado en el papel, podemos frotar el interior del cuadro inferior de la puerta, para darle un suave tono de envejecido.
Nuestra puerta del bar ya terminada.